Otis, el gato

En una madrugada brincó para quedarse y con flores de lavanda se vistió a la mañana.
Noche en las alturas, se acerca a la luna, maúlla a las aves y enfrenta a los canes.
Pero máscara roja a su pandilla no abandona. En el vecindario, su ternura reposa.
Té con leche y un poco de cielo, en todo lo mullido deja sus pelos.
Relajado y atento, hace todo al mismo tiempo. Si un ruido lo molesta, dice miau y da media vuelta.